Tener un origen es lo que nos permite ser como somos. Mi historia comienza con mi experiencia en la danza, esta me ha permitido entender la perfumería como un arte. Siempre llevo presente el olor del mar, los pinos, el sonido de los grillos, el calor del sol sobre mi piel en verano, la sensación de plenitud… esos momentos de sentir con todos los sentidos es lo que quiero transmitir con cada aroma que creo. Hacer que las personas se conecten con la vida a través de los olores se ha convertido en mi pasión.
El mundo de la perfumería y la cosmética están ligados con la magia, cada vez que nos ponemos un perfume o elegimos un aroma para nuestro hogar queremos expresar y comunicar quiénes somos, cómo es nuestra alma.